Quería compartir con Uds., un poco cual ha sido mi experincia en la restauración de mi auto, junto con un poco de hacer un comentario social sobre la idiosincracia. Sirve además para ilustrar un poco como ha sido el lado B del proceso. Las fotos y las ilustraciones pueden ser muy bonitos, pero hay que tener presente que eso no llega tan fácil.
Siguiendo con la tónica que ha sido la restauración, debemos recordar que la fecha inicial para la entrega del auto era para el 27 de agosto, habiendo entregado el auto para el inicio de los trabajos el día 1 de mayo. Se llegó a la fecha faltando mucho ni siquiera se había pintado el auto, habiendo solo puesto lo que era el imprimante más que nada para proteger la lata del óxido. Carlos dio una nueva fecha para el 25 de noviembre, dos meses más, lentamente nos fuimos acercando a la fecha y como Uds., han podido leer en mi blog con los varios eventos y sucesos. Habiendo llegado a la segunda fecha estábamos un poco más cerca de llegar al término del trabajo, sin embargo, no iba a ser tal la fortuna.
Cuando ya pasó la fecha le pregunté cuando íbamos a estar listo y me dijo la segunda semana de diciembre, hoy ya estamos en la tercera semana de diciembre y todavía no pasa nada. El día lunes tuvimos una conversación, que partió bastante serio, pero que al final resultaba bastante divertido.
Se resume en lo siguiente, resulta que el Carlos, ya se había aburrido un poco de trabajar en mi auto, por otro lado tenía que operarse la pierna, se supone que tenía una situación con unas varices, se que no viene mucho al caso de comentar la situación médica de mi restaurador, pero sirve para dar un poco más de realidad a una situación que se convierte en un poco “irreal” si uno quiere.
“Entonces en qué quedamos?”, le pregunté. La verdad es que no entendía mucho lo que me quería decir.
“Felipe, te llevas el auto, y cuando me recupero de la operación lo traes devuelta para solucionar los detalles.”
“Oye, pero falta arreglar las líneas del capot, el trabajo eléctrico le falta bastante todavía, hay que cambiar los terminales, hay detalles en el tapiz y el interior todavía. Yo no estoy conforme con llevarme el auto y que no está terminado, quiero llevarme el auto cuando esté.” La cara del Carlos empezó a cambiar de a poco.
“Tu eres demasiado exigente Felipe. Estás siempre encontrando detalles y encuentras todo malo.”
“Eso no es cierto Carlos, lo que está bien, te lo reconozco.” Después intervino el hermano de Carlos: Salomón. Un personaje con el pelo ya gris, normalmente andaba como recién peinado hacia atrás, como si anduviera con la peineta en el bolsillo de atrás del pantalón.
“Es que tu no entiendes que este es un taller artesanal.”
“Si Salomón, entiendo que es un taller artesanal, pero no por eso quiere decir que trabajan mal, y Uds., no trabajan mal.” Dije tratando de levantarles el ánimo. “Ustedes pueden ser artesanales, pero también pueden ser profesionales, no creo que Uds., sean amateur? O me equivoco.” Traté que defendieran su orgullo, pero me quedaron mirando con un poco de cara de interrogación, estaba a punto a preguntarle si sabían la diferencia entre algo amateur y profesional, pero decidí en contra debido a que tal vez no iban a saber y no quería dejarlos en vergüenza.
“Es que nosotros no tenemos materiales de tecnología de punta, para hacer lo que quieres hacer.”
“Me van a disculpar, pero no es necesario tecnología de punta para utilizar una regla para medir una rayas, yo mismo te lo mostré. No es necesario tecnología de punta para cambiar este cable y ordenarlo, porque no se ve bien. Me parece lo que falta es tener la voluntad y el deseo de hacer el trabajo en forma correcto, eso no es tecnología de punta.”
“Es que eres demasiado exigente.” Quedé sorprendido.
“Carlos, lo único que estoy pidiendo es que ustedes hagan lo que dijeron que iban a hacer. Cuando acordamos a hacer el trabajo te di en papel en tres hojas con fotos y dibujos lo que quería, y te dije que lo más me importaba es que me cumplieras el plazo que tu mismo te ibas a fijar y lo otro es el monto. Nada más me interesaba. En ningún momento te negocié el precio hacia abajo o te dije que te demoraras menos. Te mismo fijaste el monto y el plazo, te dije lo que quería y necesitaba, no has cumplido con el plazo ni con el monto y ahora me quieres pasar el auto sin haberlo terminado y me dices que soy muy exigente?!”
Al final me termino aburriendo un poco de tanto cuento, es estresante tener estas conversaciones. No satisfecho con no entregarme el auto en las fechas acordado que han sido siempre postergados, junto con subirme el monto, obligarme llevarme el auto sin haberlo terminado para llevarlo de nuevo, tiene la desfachatez de pedirme que le de un aguinaldo y un paquete de pascua!!!! Esto es increíble, la caradureza de esta gente es algo insólito.A estas alturas ya nada sorprende.
2 comments:
Felipe .da gusto ver que el mustango que tanto me dolio venderlo, aun existe.y que se encuentra en buenas condiciones, felicidades por el auto.
mi telefono :09-6492768,aun me quedan repuestos originales de ese mustang.
Oreste grandi
Cómo puedes ver estás en buenas manos. Espero que sigue bien, aunque cueste un poco.
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